Contexto y orígenes
El Barómetro Salarial Emocional nació de una inquietud personal por conocer, explorar y validar algo que había visto y experimentado en mi trabajo en grandes y fuertes empresas y organizaciones, y es que cuando las personas dan lo mejor o lo peor de sí en el trabajo, las razones van mucho más allá de las recompensas económicas o flexibles que reciben en el trabajo.
Las palabras que escuchamos en las empresas son siempre las mismas: motivación, compromiso, cultura… palabras que todos conocemos y utilizamos y que se utilizan ampliamente en las empresas. Pero, ¿cuál era el motor que impulsaba esa motivación, ese compromiso o esa cultura? ¿Cuáles eran los factores que configuraban ese motor?
Así que decidí ponerme manos a la obra e invertir todos mis recursos en averiguarlo, un tema crítico para mí cuando hablamos de trabajo y el impacto que éste tiene en nosotros, en nuestro desempeño laboral y en los distintos sistemas en los que nos desenvolvemos (familia, amigos, sociedad), y de esa investigación y trabajo surgió el Barómetro del Salario Emocional, que mide cómo se manifiestan individualmente y en equipo en las organizaciones diez factores fundamentales (Autonomía, Pertenencia, Creatividad, Dirección, Disfrute, Maestría, Inspiración, Crecimiento Personal, Crecimiento Profesional y Propósito).
Un desafío común
Desde nuestro lanzamiento, nadie ha cuestionado la importancia de este tema en el lugar de trabajo.
Al fin y al cabo, las cifras sobre muchas realidades relacionadas con el lugar de trabajo son realmente preocupantes:
Sin embargo, uno de los principales retos para los líderes de las organizaciones es comunicar el impacto de un asunto que a primera vista parece un “buen tener” o algo intangible y difícil de cuantificar, medir y monitorear, en algo que impacta en el resultado final. En otras palabras, ¿qué impacto tendrá una inversión en Salario Emocional en los resultados de mi negocio? Son preguntas válidas porque cada lugar de trabajo es, o debería ser, una comunidad humana que se ha unido con la intención de satisfacer una necesidad, creando y desarrollando un servicio o producto para hacerlo, y generando beneficios que le permitan crecer y mantenerse en el tiempo. Por eso, cualquier inversión necesita ser evaluada cuidadosa y continuamente, poniendo a las personas en el centro de la iniciativa.
El caso de estudio
Hace casi tres años, recibimos una llamada del People Development Manager del equipo de ventas minoristas de una empresa internacional de cosméticos de lujo que estaba interesado en integrar el concepto de Salario Emocional en su estrategia de liderazgo y desarrollo de personas.
El contexto era que no solo estábamos viviendo momentos difíciles debido a la situación de pandemia mundial, sino que también había mucho descontento en la fuerza laboral por razones internas. Por razones legales y comerciales, algunos aspectos de los contratos de trabajo de las personas tuvieron que cambiarse, lo que había causado mucho descontento e incertidumbre entre el personal.
Los cinco pilares
Por ello, creamos un plan estratégico para integrar el Salario Emocional con cinco pilares principales:
El resultado
Hasta la fecha, la empresa reporta los siguientes resultados
Los aspectos que contribuyeron y apoyaron la mejora en los resultados comerciales son:
Conclusión
No olvidemos que el ser humano tiene que satisfacer varios ámbitos, entre ellos el laboral. Esto significa que en el ámbito laboral, como en cualquier comunidad humana, la persona (el trabajador) debe encontrar un espacio que facilite y promueva su desarrollo integral como persona en diferentes dimensiones. Esto es lo que estamos haciendo al integrar el Salario Emocional en las organizaciones. Necesitamos empezar a prepararnos para un futuro incierto utilizando todo el capital intelectual, social y emocional que tenemos en nuestros lugares de trabajo. ¡Empecemos ya!